Nuestros últimos momentos

Solemos recordar las primeras veces, esa primera mirada llena de significado y esperanzas, esa expectación y nerviosismo ante el primer beso, esa primera caricia que prometía mil más... Pero nos cuesta más atesorar las últimas veces, quizás porque no somos conscientes, no somos conscientes de que es la última vez que nos miramos a los ojos y nos quedamos en los labios palabras que jamás diremos, no nos damos cuenta de que ese leve roce en los labios será el último, de que ya nuestras manos no explorarán rincones exquisitos... Ojalá pudiese recordar todos nuestros últimos momentos tan bien como los primeros.