lunes, 28 de septiembre de 2015

No dejes de correr

Sentir el asfalto bajo los pies, el viento en la cara y los latidos del corazón en los oídos. Pumpum pumpum. El calor del esfuerzo en los muslos y el retumbar de las zancadas contra el suelo.  Para ella correr era como escapar de una jaula, le permitía ser libre y abstraerse de todo lo que le rodeaba. Se paró al oír gritar su nombre por una voz conocida. Se giró con una sonrisa en los labios y la respiración entrecortada, aunque no sabía si por el esfuerzo de correr o porque él estaba allí.