sábado, 7 de noviembre de 2015

Catástrofes con ganas de guerra

A veces, y solo a veces, me permito pensar en ti, en nosotros y lo que fuimos. Nunca mucho rato, eso sí, porque termina doliendo y, seamos sinceros, mi corazón ya ha sufrido bastante. Pero en esos momentos en los que pienso en ti, por un instante se me olvida todo lo malo que hiciste, que te hice y que nos hicimos. 
Por un momento siento que puedo volver a respirar y a pensar con claridad. Fuimos grandes, fuimos increíbles, pero fuimos, en pasado. No hay más capítulos en nuestra historia ni un seremos en el futuro, solo quedan un montón de recuerdos entretejidos en nosotros y la sensación de haber sido invencibles, de poder desatar una tormenta y sobrevivir al naufragio. Porque nosotros fuimos así, catástrofes con ganas de guerra, y, como tales, destrozamos todo a nuestro alrededor, hasta a nosotros mismos. 
La fase de recuperación no fue fácil, pero la de olvido es peor. ¿Cómo olvidar el apocalipsis que causaste en mi vida? Por eso solo pienso en ti a veces, porque si pensase más en ti serías como una réplica de un terremoto y destrozarías todo lo que he logrado construir. Pero no me permito olvidar que soy una superviviente, si sobreviví a nosotros, podré sobrevivir sin ti. 

domingo, 1 de noviembre de 2015

Fuimos y dejamos de ser

Hace nada estábamos disfrutando de las caricias del sol en la cara y de las cosquillas que nos provocaban las olas en los pies. Recuerdo tu olor a helado de limón, sal y verano. Sin duda, mi fragancia favorita. Pasaban los días y nosotros, tan ilusos, no nos dábamos cuenta. Día a día, descubría algo nuevo que me fascinaba de ti. Ese lunar que tienes detrás de la oreja, esa manía tuya de despertarme con un beso o esa pasión que sentías al hablar de tu familia. Poco a poco, fui enamorándome de ti. Y tú de mí, o eso me decías. Pero ahora hace semanas que no hablamos, meses que no nos vemos... ¿Piensas en mí? Pensé que seríamos un amor de verano, de invierno y de todas las putas estaciones. Pero no, solo fuimos y dejamos de ser. Ingenua de mí, pensé que podríamos con todo y todos. Sin embargo me equivoqué, como casi siempre. A veces creo verte por la calle y mi corazón deja de latir, pero me fijo y me doy cuenta de que él no es tú. Y ese es mi jodido problema, que nadie es como tú.