Odio que me mires así, como si fuese lo único que importa en este mundo. Odio que me hagas sentir así, como si pudiésemos con todo y todos. Odio que me llames en mitad de la noche solo para decirme que me quieres. Odio que me mandes rosas porque sí y que me digas que soy guapa cuando me despierto.
Odio todas esas pequeñas cosas. Las odio, ¿sabes por qué? Porque esas pequeñas cosas me hacen quererte aún más. Cada día te quiero más, y por eso mismo te odio. Sé que llegará un momento en que yo ya no sea tu todo y, cuando llegué ese día (porque llegará), tú serás mi todo.
Me haces quererte para luego destrozarme, por eso te odio. Dejarás una herida de bala en mi corazón, que ni el tiempo ni nadie podrá curar. Pero yo te seguiré odiando (y queriendo) todos los días de mi vida, por enseñarme lo que es el amor y por enseñarme lo que es el dolor.