viernes, 5 de mayo de 2017

La ciudad se pinta con lunares

El murmullo lo conforman risas histéricas, conversaciones transcendentales de la vida y sevillanas a todo volumen. Los cascos de los caballos resuenan contra el asfalto en un desfile único, alazanes, tordos o azabaches, nombra cualquiera que allí estará.
Mires por donde mires ves jovencitas ataviadas con volantes de colores, lunares dispares y sonrisas que combinan a la perfección con el ambiente. Ellos, tan dignos, chaqueta y camisa, y esa mirada que no sabes bien si es por el exceso de rebujito o por la extrema alegría que parecen sentir. 
Manos que roban manzanas de los árboles, vueltas que causan traspiés (sobretodo en la cuarta, para qué negarlo), palmas y taconeos que llenan las casetas cuando comienza la primera. 
La Portada enciende sus luces y se convierte en la estrella polar de los feriantes, indicando el camino que hay que seguir. Curro nos mira desde las alturas y, seguro que debe de pensar que somos unos locos, que en 25 años las cosas han cambiado mucho, pero que siempre Sevilla tiene un color especial, y que, por si no lo sabías, esta semana la ciudad se pinta con lunares.

1 comentario:

Claudia S. dijo...

Me imaginé toda la escena y el lugar que describes, abunda la alegría <3
Un beso!