Yo ya te echaba de menos desde el primer momento ¿sabes por qué? Porque realmente nunca te tuve, siempre supe que nunca serías mío. Podría tener un poco de ti y con eso me conformaba, o, al menos, eso pensaba. Pero eso ya no es suficiente.
Tú siempre fuiste lo primero para mí, mi primer pensamiento al despertar y el último al acostarme. Mi mundo. Y yo, ilusa de mí, me conformé con formar parte del tuyo.
Pero hoy es el día en el digo adiós, no, no es un hasta luego, es un adiós. Adiós a esas noches eternas en las que esperaba una llamada tuya. Adiós a esas lágrimas y a ese dolor que parecías despertar en mí. Adiós a tus medias sonrisas, a tus palabras bonitas y tus mentiras.
Hoy te digo adiós a ti.