domingo, 1 de noviembre de 2015

Fuimos y dejamos de ser

Hace nada estábamos disfrutando de las caricias del sol en la cara y de las cosquillas que nos provocaban las olas en los pies. Recuerdo tu olor a helado de limón, sal y verano. Sin duda, mi fragancia favorita. Pasaban los días y nosotros, tan ilusos, no nos dábamos cuenta. Día a día, descubría algo nuevo que me fascinaba de ti. Ese lunar que tienes detrás de la oreja, esa manía tuya de despertarme con un beso o esa pasión que sentías al hablar de tu familia. Poco a poco, fui enamorándome de ti. Y tú de mí, o eso me decías. Pero ahora hace semanas que no hablamos, meses que no nos vemos... ¿Piensas en mí? Pensé que seríamos un amor de verano, de invierno y de todas las putas estaciones. Pero no, solo fuimos y dejamos de ser. Ingenua de mí, pensé que podríamos con todo y todos. Sin embargo me equivoqué, como casi siempre. A veces creo verte por la calle y mi corazón deja de latir, pero me fijo y me doy cuenta de que él no es tú. Y ese es mi jodido problema, que nadie es como tú.

2 comentarios:

Katrina dijo...

Ese momento en que descubrimos que el amor no era eterno y quizás ni siquiera era eso... ¿Será parte de crecer? aún me lo pregunto.

Es muy lindo tu blog
Saludos

Paloma N dijo...

Como duele leer esto, y más sentirlo, incluso identificarse. Y eso provocan tus palabras, que me identifique.

Y recuerda que puedes convertir en ventaja que no haya, precisamente, dos como él.

Un fuerte abrazo, te sigo.